Los principales efectos mediante el cual la asociatividad contribuye al desarrollo sostenible de los productores silvoagropecuarios son: incremento de la escala productiva y de comercialización; aumento del poder de negociación; disminución del costo asociado a los factores de producción; mayor integración dentro de la cadena de valor; optimización de la gestión de recursos naturales (ej: agua); fortalecimiento de la organización gremial; mayor acceso a la transferencia tecnológica, innovación y desarrollo; promoción del desarrollo local y territorial; entre otras.

Es necesario y oportuno trabajar en desarrollar la asociatividad en el sector Silvoagropecuario.

El presidente Sebastian Piñera, en su programa de Gobierno para 2018-2022 menciona y compromete la incorporación de nuevos mecanismos de asociatividad y colaboración entre pequeños agricultores, estimulando un cooperativismo moderno y competitivo.

Por otro lado, la ONU propone llevar a cabo un desarrollo sostenible a través de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El segundo de estos propone duplicar la productividad agrícola y los ingresos de su gente, mediante un acceso seguro a recursos de producción e insumos, conocimientos, servicios financieros, mercados y oportunidades para la generación de valor añadido y empleos, donde la asociatividad juega un rol fundamental para cumplir con esta meta.

Con estimaciones de la FAO la agricultura mundial se prepara para alimentar a más de 9.000 millones de habitantes, con los mismos e incluso menos recursos. Así, la seguridad alimentaria, es una tarea y un desafío para trabajar, aumentando la productividad chilena. La asociatividad económica hace posible que al ser más productivos trabajando juntos, aumente la oferta de alimentos en los mercados locales e internacionales, con empresas exportadores que antes no lo eran.

El actual Gobierno del presidente Piñera busca reactivar la economía por medio de su Programa Chile en Marcha, que tiene como finalidad generar una economía sana, con más empleo y crecimiento. Así, la asociatividad juega un rol de incentivar la inversión y la competitividad de los productores del sector.

Por último, un objetivo transversal en Chile es relevar el accionar de las regiones, descentralizando los focos de desarrollo. De esta manera, por medio de la asociatividad, los productores silvoagropecuarios compiten mejor en las cadenas de valor, lo que genera un espacio de desarrollo sustentable a nivel regional y local.